Entonces vió una cara redonda, blanca muy grande y hermosa que le observaba sonriente. El lobo la miró sorprendido y le dijo: - ¿Y tú quién eres?. La risueña cara sonrió: - Soy la luna. - ¿y tu no duermes? le preguntó el lobo. La luna soltó una carcajada y le contestó: - No yo estoy despierta toda la noche, duermo durante el día. Entonces la luna y el lobo comenzaron a hablar, la luna le contaba que estaba muy solita allí arriba, que prendida de ninguna parte no tenía nadie con quien reir o con quién llorar.
El lobo también le contó a la luna, que a pesar de la cantidad de animalitos que vivían en el bosque siempre estaba solo porque nadie le entendía. El lobo le cantó preciosas canciones a la luna mientras ella le dedicaba la mejor de sus sonrisas.
Desde aquél día, las noches de luna llena ésta se apresura impaciente para encontrarse en el lago donde el lobo ya la está esperando desde los primeros albores de la tarde. El agua cristalina es el espejo de los besos y caricias que se prestan continuamente y el silencio de la noche es quien crea la música para acompañar los versos y poemas de amor que incesantemente se regalan. Dicen, que las noches que no hay luna llena, a lo lejos se escuchan los ahullidos del lobo desde el lago llamando a la luna, y que seguidamente, cuándo éste se ha quedado sin voz con la que reclamarla, ella le envia una lluvia de estrellas para recordarle que aunque oculta..., ella también espera impaciente el momento de convertirse en llena para amarle.
Alguna vez, la noche se quedó sin luna y al lobo se le ha visto correr por las praderas feliz junto a una preciosa loba plateada. Dicen que luna convertida en animal, baja hasta nosotros para mitigar y secar las lágrimas de nuestro lobo.
Otras veces, si miras al cielo y junto a la luna ves un precioso lucero brillar, es el lobo quién acude a su lado para mitigar su soledad y su tristeza. Cielo y tierra se unen en momentos milagrosos para no dejar que el amor entre lo imposible se pierda... y es que un amor así, un amor que podría abarcar el universo, merece de un espacio especial para seguir floreciendo.